A menudo se dice que «ver para creer», y lo mismo ocurre con las cocinas comerciales. Con el creciente interés por la frescura y el deseo de saber cómo se preparan los alimentos, los clientes quieren que las operaciones internas pasen a un primer plano.
Como resultado, cada vez son más los restaurantes diseñados o reconfigurados para dar a los clientes acceso a las operaciones de cocina, ya sea a través de la línea de producción por encargo de pizzerías rápidas informales como Blaze Pizza o Your Pie o de una actualización del diseño, como el «biscuit theatre» del recién remodelado Bojangles.
Aunque esta mayor transparencia puede plantear dificultades, las empresas que abren su cocina obtienen numerosas ventajas, sobre todo en lo que respecta a la calidad, la frescura y la limpieza.
La gente es cada vez más consciente de la calidad de los alimentos que introduce en su organismo y busca comida recién preparada. En relación con las tendencias hacia la elección de alimentos frescos en lugar de congelados y la selección de establecimientos que ofrecen ingredientes de etiqueta limpia, también se tiene en cuenta la preparación de los alimentos.
Además, las cocinas abiertas dan visibilidad a un funcionamiento limpio y racionalizado, lo que puede generar confianza en el consumidor y animarle a repetir.
Los equipos desempeñan un papel en la comunicación de estos mensajes, y hay varias consideraciones sobre cómo encajan en la operación:
Estética
Cuando está orientado al consumidor, el aspecto del equipo adquiere mayor importancia, elevando los aspectos del diseño industrial, como los acabados y la integración de la tecnología.
Mantenimiento
El buen mantenimiento y la limpieza adecuada de los equipos, además de prolongar su vida útil, permite conocer la calidad general del funcionamiento de la cocina. Los clientes esperan que sus alimentos procedan de una operación higiénica, y exponer la parte trasera de la empresa no hace sino llamar más la atención sobre la seguridad alimentaria y la necesidad de contar con equipos limpios.
Flujo de trabajo
Las operaciones con cocinas abiertas deben organizarse con una transición planificada entre la cocción de los alimentos y su preparación para servirlos al cliente. Además de la facilidad de uso de los equipos, que puede facilitar este proceso, la propia distribución de la cocina también debe diseñarse cuidadosamente.
Las cadenas de restaurantes que se planteen el modelo de cocina abierta deben trabajar con los fabricantes de equipos lo antes posible en el proceso de diseño o rediseño, apoyándose en su conocimiento detallado de cómo sus equipos pueden encajar mejor en el espacio.
Por ejemplo, los equipos de mostrador que permiten cocinar por encargo, como las estaciones de huevos de Antunes o los tostadores y vaporizadores a la carta, permiten a las cadenas ofrecer a los clientes platos recién hechos sin sacrificar el tiempo.
Cuando nos fijamos en la próxima generación de cocinas y en cómo abordarán las necesidades de los clientes, las cocinas abiertas pueden ser una ventaja, ya que ponen de relieve la reputación de calidad, frescura y atención al consumidor de una marca.
Lea más sobre cómo los QSR equilibran frescura y rapidez en este artículo.